lunes, 16 de abril de 2012

Desembarco de lo cotidiano

Con la llegada del mes de abril la isla sufrió un cambio, no se si todos lo han notado, o simplemente yo, pero hoy encuentro las calles más lentas, los colores que pintan las veredas son grises, la edad de la población aumentó y pareciera que los rapanuis se han replegado.¿Qué ha sucedido en la isla?, ¿quién cambió,  ella o yo?

    
 ...Y pensando esto, sigo caminando y de repente, como si despertara de un sueño, me doy cuenta que estoy  sumergida en los estantes de la biblioteca municipal “Rongo Rongo”  buscando un buen libro que acompañe mis tardes otoñales, y entre  Bioy Cásares, JulioCortázar, José Donoso, Isabel Allende, Tolkien y muchos más,  me siento un poco ridícula por estar entre estos viejos estantes , globos terráqueos, textos escolares y ejemplares aún por clasificar, en vez de estar frente al mar disfrutando de sus aguas o de las tortugas. Pero es que aquí, escuchando el inicio de una  suave lluvia que  anuncia  la llegada del otoño y con el olor de  chocolate de los libros antiguos (puede ser sólo mi imaginación, pero al abrir uno siempre me saben a chocolate), me percato que la vida tomó un ritmo cotidiano,más silencioso y pausado.



Un hermoso trío de bailarinas.

      Atrás quedaron los días de carnaval, de tocados en las cabezas, cuerpos pintados, seres de fantasía  deambulando por las calles y todos siendo felices, realmente felices. Mi hermoso traje de orgullosas plumas negras permanece callado en mi habitación, esperando el pronto regreso a Chile para  salir nuevamente a la luz entre familia, sobrinas y amigos que lo mirarán  con extrañeza y risas y mientras lo  miran, yo pensaré ¿lo volveré a usar algún día?.














¡Qué días aquellos dónde se bailaba hasta el amanecer!, ¡dónde todo era risas y música!... hoy el cielo y viento frío señalan que todo  es parte de un lindo recuerdo albergado en fotos y recuerdos, hoy el panorama del pueblo es ir sagradamente a la cancha municipal cada domingo y alentar a su equipo que se saca literalmente la mugre en una cancha que tiene más tierra que pasto, donde se juega bajo sol y lluvia, se pelea por lo penales no cobrados y por los cobrados al antojo del árbitro,  donde mientras los jugadores van detrás de su gloria, en las graderías abundan los gritos de aliento y las palabrotas en rapanuis de los tres o cuatros entrenadores que algunos equipos poseen. Los locales se toman en serio este sagrado evento, las barras vitorean y los turistas, sean de la nacionalidad que sean, detienen su paso para ver el partido, algunos sacan fotos y otros hasta terminan gritando un gol... de repente, unos caballos cruzan la cancha sin importarles  interrumpir la carrera de un jugador, no tienen prisa y nadie parece molesto, la meta está en el arco contrario y no hay que olvidarlo.



Como verán, hoy las emociones se viven a otro ritmo y en otro escenario, después de tanto tiempo viviendo en la isla, casi un año (¡y crean que se sienten!), uno comienza a vivir una vida normal, las calles ya son conocidas, la gente te saluda, hablas con más propiedad y hasta puedes recomendar a algún amigo que visita Rapa Nui qué hacer y dónde ir, ya conozco lo que desea mirar el visitante y lo qué debe ver, yo fui turista al igual que los miles que viajan 4000 km para llegar hasta el ombligo del mundo y en donde hoy estoy de paso, por un periodo prolongado, pero siempre de paso, con fecha de término, como debe ser y como será.


viernes, 9 de marzo de 2012

La alegría se vistió de arcoiris

Segunda parte

Las horas transcurren entre risas, tambores, cantos, fotografías, niños corriendo con sus trajes de princesas y guerreros... y de repente,  toda la atención  se va a una misma dirección: una madre con su pequeña en brazos se gana la admiración y la ternura de los asistentes, la pequeña tiene un diminuto traje de plumas blancas con corona,  una verdadera  ternura de niña que tranquilamente abre sus ojitos cada vez que delante de ella pasa el hombre con caparazón de tortuga, una mujer desnuda luciendo una piel color púrpura, o un hombre con largas plumas como cabello, ella  no se asusta, sólo mira,  quizás piensa que está viviendo en un cuento de esos que cada noche le cuenta su madre o  se siente  la protagonista de un mundo maravilloso.




Mientras, a su alrededor y sin que ella deje de soñar, comienza el movimiento, en algunas esquinas se dan los últimos retoques a los rostros de los participantes, algunos rezagados corren a las tinas de colores o confeccionan con lo que tiene a mano un  hami (taparrabo rapanui  masculino), quienes irán sobre los carros alegóricos caminan hacia su posición, los músicos afinan  sus instrumentos  y nuestra candidata sonríe, un poco nerviosa, entre la multitud. 
¡¡¡Comenzó, comenzó!!!, grita alguien desde la calle, comenzó el conteo de la otra candidata,  ¡uff,esto tomará un tiempo, dicen que tiene más gente que nosotros! ¿y los carros, cómo son, son lindos, grandes, se nota dedicación? Y las decenas de preguntas vuelan por el aire y la gente comienza a inquietarse, ha pasado mucho rato desde que comenzó el conteo y eso indica que tienen  más gente y al final eso se traduce en más puntos y quizás no ganaremos ... “no hay que preocuparse, nuestros trajes son mejores, nosotros somos mejores” dice alguien por ahí y  a lo lejos una voz grita: “¡Ahora vamos nosotros!”.



Que emoción, comenzamos el desfile, la farándula se toma el pueblo y en las calles no se ve un alma, uno que otro negocio  ha abierto sus puertas, uno que otro ha decidido ser espectador,  pero en resumen las calles brillan, vuelan y ríen. El andar es lento, nos deben contar uno a uno y poner puntaje por los trajes, después de esto se camina junto a los carros, o junto a los músicos, por todo el pueblo, inundando cada rincón de felicidad... todos bailan, sepan o no hacerlo, todos cantan, sepan o no la canción, todos sonríen, sean o no rapanui.








A nadie parece importar como sean los carros de la competencia, o cual sea el traje de la candidata, solamente importa que ahora somos nosotros los que llevamos el festejo por las avenidas, pero yo quiero ver más y por eso comienzo a caminar entre la multitud.  Hay un enorme gallo de madera, una tabla de Rongo Rongo (escritura rapanui indescifrable hasta hoy) esculpida en piedra y en dimensiones considerables, una decena de moais que son trasladados por hombres a través de toda la calle y  tirados con lienzas; las competencias no han quedado fuera, han creado  una escultura de un hombre sobre un tronco de plátano, que simboliza la competencia de Haka Pei, otras que representan las competencias de natación sobre balsas de totoras, a lo lejos se vislumbra un gran hombre con una cabeza de plátanos sobre sus hombros y encabezando el desfile, el carro de nuestra candidata.




Es precioso, realmente se ve la dedicación y el esmero que pusieron en su confección los mejores artesanos de la isla (que por suerte estaban en la familia de nuestra candidata), es un barco hecho completamente de madera, lleno de detalles, con navegantes que izan las velas y la futura reina (a esa altura nadie dudaba que ella sería la soberana) al centro, saludando a todo el pueblo con la tranquilidad de quien sabe que el trabajo ha terminado de manera brillante. Ahora la felicidad es completa, el sol comienza a despedirse sobre las aguas del oceáno y  entre danzas, cantos y un momento soñado, la Tapati 2012  lentamente inicia  su adiós, hasta el próximo año, donde nuevamente se dejarán volar las ilusiones, se desempolvarán las fantasías  y se dará la bienvenida a la magia de RapaNui.

martes, 6 de marzo de 2012

La alegría salió a las calles con traje de arcoiris

Primera Parte



¡Y al fin llegó lo más esperado de la Tapati!, el día donde todos desempolvan desde su imaginación majestuosas y oníricas creaciones, sueñan con imágenes fantásticas, llenas de magia y de asombro, colores de caleidoscopio y de cuentos. Todos quieren dejar una estela de asombro durante su paso por las calles, quedar inmortalizados en más de alguna foto y sobre todo, quedar en la memoria colectiva de todo un pueblo y en los  recuerdos de miles de viajeros que comparten la magia de la Tapati.



Porque la Tapati es magia y alegría pura, un momento único que une y separa a a todo un pueblo en dos grandes clanes que surcan  el océano, escalan  cerros, arriesgan su vida, cantan y bailan, desempolvan tradiciones, emocionan con cada detalle que traen a este tiempo  y sobre todo, llenan el universo de colores y energía. Si bien hay un abanico de actividades que se desarrollan en esta temporada, hay hitos que todos esperan, está la competencia de Haka Pei (recordarán  que les hablé sobre hombres que se deslizan desde lo alto de un cerro sobre troncos de plátanos y alcanzan velocidades increíbles), el triatlón en el cráter del Rano Raraku, las coreografías grupales con hermosos trajes, pero en el top top de la lista se encuentra, sin ninguna duda, LA FARANDULA.



Si bien esta actividad no es el cierre de la fiesta, ésta aclara cualquier duda sobre quien será el vencedor y coronará a su reina como la única soberana de la Tapati, pero antes de llegar a la coronación, les cuento que esto comienza muy temprano (horario rapanui), a eso de las 11 de la mañana, en lugares elegidos estratégicamente por cada  comando de las candidatas para  poder captar a los pocos indecisos que aún quedan en la isla y convencerlos  de  despojarse de todo lo moderno (incluyendo la ropa), dejar el pudor a un lado, sumergirse en tinas de colores, ponerse plumas, pintarse el cuerpo,vestirse como un rapanui y acompañar el desfile de una decena de carros alegóricos donde en el más hermosos siempre  va la futura soberana de la isla.
 


Quienes participamos en las competencias de bailes desfilamos con nuestros trajes, porque desde ese momento ¡ya somos dueñas y dueños de preciosos atuendos! confeccionados con el cariño de las familias que agradecen con este gesto la participación desinteresada de cada bailarín (o aspirante a  ello), en especial de los turistas que como yo seponen la camisetapor una actividad que trasciende la fiesta y el turismo y se asienta en una cultura viva. Los que no poseen traje y tienen verdaderas ganas de participar en el desfile, tienen la oportunidad de acceder a los diseñados para la ocasión y  luego, con su traje en mano o ya puesto, hacer un fila (en realidad son docenas de ellas)  a la espera de la llegada de los artistas que,  cargados con   Kia (tierra de colores que se utiliza en la pintura corporal), pinceles y diseños únicos,  te dan el toque  especial, que cual magos y hadas con sus varitas mágicas te convierten  en un ser encantado.
Esta escena de seres fantásticos caminado entre los árboles, con plumas en sus cabezas y conchas marinas sobre sus cuerpos, se prolonga por horas y horas, piensen que se recomienda llegar a eso de las 11 y el conteo de  cada comitiva recién comienza a las 4 de la tarde, para  luego  dar paso a la farándula. Entre paréntesis, creo que no les he explicado que en esta actividad se juegan los últimos puntos de la competencia: Cantidad de participantes (¡se cuentan uno a uno!, hablamos de más de 500 personas), Originalidad de los trajes, de la pintura corporal y lo más importante, la creación de los carros alegóricos, ¡si la cosa no es desfilar por desfilar, todo tiene su ciencia!



  Pero volvamos a lo nuestro, la farándula es un variopinto de personas y personajes, que se pasean tranquila y entusiastamente sacándose fotos o dejándose fotografiar por turistas (a me fotografiaron, fui famosa por unos segundos), preocupándose de cada detalle, de cada textura de su takona, de cada pliegue de su traje, nadie se preocupa de cual esbelto o gordo seas, de si tienes 80 y andas desnudo,si tienes celulitis o las pechugas están  en otra órbita, ¡¡¡olvídense!!!  el pudor se guarda en la mochila y te dejas llevar por la alegría de sentirte libre, de ser feliz, de disfrutar y sobre todo y con sincera  humildad, de sentirse mágica.

(continuará)


viernes, 24 de febrero de 2012

Tapati Rapanui, un verdadero Carnaval


Los días que siguieron a nuestro grandioso debut sobre el escenario, donde debo decir con orgullo que salimos triunfantes entre el público, que nos ovacionó con gran energía y, entre el jurado, que nos entregó el puntaje mayor; fueron de alegría, asombro, colores, armonías callejeras, arcoiris de flores, plumas, coronas, estatuas majestuosas, gallinas gigantes, barcos navegando en medio de las calles, cuerpos desnudos paseándose sin pudor entre la multitud y mucho, mucho más. Todo en un ambiente de carnaval que no tiene nada que envidiarle a Brasil, porque en Tapati RapaNui la alegría es el lema de cada día, no importa de donde vienes, no importa que la ley de migración (para los chilenos) esté en discusión, no importa si hablas albanés, inglés, chino mandarín o no hables, simplemente debes dejarte llevar por el poder de la fantasía y coger esta tácita invitación a ser parte de un mundo mágico, donde la única exigencia es ¡¡¡SONREIR Y SER FELIZ!!!

La fiesta aquí no para durante 15 días, luego de ensayos, presentaciones, bailes y veladas nocturnas, ahora el itinerario te lleva a a Anakena para el curanto, luego a la caleta para presenciar el 'A'ATI E RUA-PA'ARI, TANA 'API o duatlón, subes el cerro PU'I para lo que será la competencia más extrema de la Tapati: HAKA PEI (deslizamiento en troncos de plátanos por la ladera de un cerro con inclinación de 45°, la velocidad que se agarra es sólo para valientes), gozas con los RIU TUAI o cantos ancestrales de grupos corales, los extranjeros toman fotos como locos a los cuerpos pintados, que como maravillosos libros de cuentos nos relatan hermosas y milenarias historias; acudes junto a varios a HANA VARE VARE para el TUNU KAI o muestra gastronómica, arriendas autos para ir a VAI HÜ para la carrera de caballos ('A'ATI HOI) y la captura de la morena marina (HERE KOREHA) y éstas son sólo algunas de las múltiples actividades que podemos vivir quienes estamos por estos lados, pero si creen que esto es todo, ¡se equivocan amigos! aún lo mejor estaba por venir y literalmente el asombro, la magia y la belleza invadirían las calles de todo un pueblo, sin embargo, creo que aún no es hora de tocar este punto y seguir otro poquito con lo que es la TAPATI. 


Las competencias, mayoritariamente en el mar, eran de fuerza y de resistencia, los competidores debían cruzar el océano, por ejemplo en el duatlón, primero a nado sobre una mini barcaza y luego remando sobre ella, sorteando las olas, el cansancio, el sol inclemente sobre sus espaldas y la sal entrando en sus bocas, la presión de sus familias, el orgullo del padre campeón de generaciones pasadas, el redoble de tambores puestos sobre botes para alentarlos en su camino. Hubo aquellos que por querer ganar con más malicia que astucia, montaban respetables olas y, mientras miraban desde la cima de ellas como dejaban atrás a sus competidores, el mar les enseñaba que en sus aguas es él quien decide y en un dos por tres el experto nadador quedaba bajo una gran masa de agua tratando de recoger, primero su dignidad, y segundo su barcaza de totora para dar las últimas brazadas antes de la meta.

Hubo también visitas ilustres que llegaron a la isla para homenajear y participar de esta fiesta y no hablo de algún rapanui que “triunfe” en la tv (aquí ellos son uno más del montón), sino de visitas realmente valoradas y admiradas por todo el mundo rapanui, toda una revolución tenerlos en la isla y poder disfrutar de su arte. Hablo de los Marquesianos (tahitianos oriundos de la isla de igual nombre), que desembarcaron en una delegación de aprox 50 personas, entre autoridades, músicos, bailarines, encargados de marketing y comunicaciones, excelentes talladores de madera, envidiados bailarines, galantes polinésicos con un toque de encanto francés, hermosas mujeres con su cabellera negra al viento, coquetas y silenciosas; gozadores de la vida, la comida, la cerveza, obviamente la Hinano (de origen tahitiano). Ellos venían a bailar y homenajear a sus hermanos polinésicos con una presentación especial para esta ocasión, que para ser sincera es más elaborada que la rapanui, sus bailes y cantos poseen más matices, los hokos son más vigorosos y sus atuendos más llamativos, quizás aquí radica la esencia de tanta admiración, quizás son como sus hermanos mayores, que se yo... pero la fiesta debe continuar, ya habrá tiempo para conocer la cultura marquesiana, ahora sigamos con la Tapati, bailando y cantando por las calles de este pueblo que detiene el tiempo y el mundo con el sólo fin de ser feliz y porque simplemente lo mejor, está por venir.

viernes, 10 de febrero de 2012

Bailando bajo las estrellas: Comienza Tapati Rapa Nui 2012

La ansiedad estaba a mil, el sol iluminaba las calles como hace días no lo hiciera y en todas partes, el tema obligado era el inicio de la Tapati. Los últimos ensayos de los bailarines y cantantes se atropellaban sobre el escenario y los nervios daban paso a la rigurosidad de los últimos detalles que deben ser afinados. Todo tenía que salir perfecto, porque esa noche se daba el vamos a 15 días de fiesta y competencias tradicionales, donde miles de extranjeros estarían con los ojos puestos en cada detalle, en cada competidor, en cada participante y sobre todo, en cada una de las candidatas. ¡¡¡Este día todos seremos unas estrellas!!!


Competencia Nui Pa'ari
El primer día de Tapati fue formal, con la típica ceremonia de inauguración, presentación y saludos de las autoridades, uno que otro baile y listo, ¡a dormir! porque al otro día comenzaban las competencias en el Rano Raraku: Ta'u Rapa Nui Pa'ari (Triatlón adultos), Ta'u Rapa Nui Tana 'api (Triatlón Rapa Nui juvenil varones) y Kau Pora Na Vi'e (Natación con flotadores damas y candidatas). Si los nombres les son complicados imagínense como eran las pruebas, ¡ya se las querría cualquier reality o entrenamiento militar!, la exigencia humana llega al extremo y literalmente el hombre y la mujer se superan así mismos. Imagínense que deben nadar en el cráter del volcán, sobre una pequeñísima balsa de totora, llegar a la orilla, correr alrededor del volcán y, finalmente, dar una última vuelta con dos cabezas de plátanos sobre los hombros, realmente Iron Man queda chico al lado de todo esto. Durante toda la competencia se escuchan tambores, hasta que el silencio se apodera de todos los asistentes que ven como se acerca, cansado y sudoroso, el primer hombre que cruzará la meta y se coronará ganador...el aplauso es espontáneo, sólo se escucha una gran ovación que inunda todo el ambiente de manera ensordecedora, mientras, el campeón recibe los aplausos y saludos de sus compañeros y su pecho se hincha de orgullo. 


Terminadas las competencias en el cráter del Rano Raraku, volvemos corriendo al pueblo cerca de las 6 de la tarde y sólo quedan menos de dos horas para que comience una de las noches más esperadas. Estamos hablando de más de 300 personas sobre el escenario (por candidata), bailando tres temas tradicionales, con bellos trajes y una puesta en escena que uno no se imagina pueda darse en el lugar más apartado del mundo. Los nervios de quienes competimos están a mil, hay que probarse los trajes por última vez antes de subir al escenario, maquillarse un poquito para las fotos, cuidar cada detalle de la presentación, ponerse la corona correctamente, cuidar de no perder ninguna pluma, colocar el collar al lado correcto, ensayar con la compañera algunos pasos, sacarse la foto para el recuerdo y luego... sólo esperar nuestro turno. 


Candidata Lily Pate.
¡Ya!, comenzó el show, todos nos emocionamos porque en menos de 10 segundos seremos nosotros los que estaremos en el escenario y bajo las estrellas, sintiéndonos reinas, vestidas como nunca imaginamos y con la responsabilidad de bailar mejor que nunca. Suenan los primeros acordes y entramos por un túnel enmarcado por nuestros machos rapanuis, ellos van ataviados con trajes tan hermosos como los nuestros, con tocados de plumas, pecheras y sus cuerpos pintados. A nuestro paso se arrodillan y nosotras sonreímos y saludamos con nuestros ramos de plumas blancas, se siente genial, es increíble la energía que se transmite en estos 5 minutos de presentación, la alegría nos desborda y eso se transmite al público que aplaude y se maravilla con las llamaradas de fuego, con el colorido de los trajes que se mezclan al ritmo de la música, con la espectacular entrada de la candidata, su cadencia al bailar y la virilidad de los machos, que sin importar su contextura física derrochan actitud ganadora. 


Se acerca el final, el gran cierre, no serán más de 5 segundos donde todas y todos seremos protagonistas de este show, cada uno brillará con luz propia y estará al centro del escenario para deleite de todos, la adrenalina se siente en el cuerpo y en el alma, todos tenemos una sonrisa de oreja a oreja y la felicidad no es parte del show, BROTA desde el corazón, porque tengan por seguro que estos brevísimos segundos de gloria y alegría son los momentos más hermosos y mágicos que me han tocado vivir en los últimos meses, porque la Tapati tiene magia y yo fui tocada por la magia de Rapa Nui. 

miércoles, 18 de enero de 2012

Tapati, una fiesta para soñar

Con las campanadas del nuevo año comienzan las estrategias, los murmullos, las familias negocian alianzas, se forman clanes, todos conversan en silencio y a viva voz de lo único que realmente importará en estos próximos 45 días. Las enemistades con los chilenos terminan, no importa si eres del conti o extranjero, todas las puertas están abiertas para que seas parte de la fiesta más hermosa de nuestro país: TAPATI.

Sin duda Rapa Nui es otra cosa desde el primero de enero, una magia mezclada con nerviosismo se apodera de ella, de los hombres, de las mujeres y los niños, todos cambian su rutina de mar, olas y surf por un bien mayor que los une y divide en dos grandes clanes. Desde el primero de enero todas las conversaciones comienzan con “Y por quien vas a bailar?, ¿a qué candidatas vas a apoyar?”, porque esto es un tema de estado, no importa si bailas bien o no, si eres chileno o extranjero, ¡TODOS! deben ir por una de las postulantes, mejor dicho, decidirte por una de las familias. Para los colados como yo, sólo vas por quien te tinque más, por los horarios de los ensayos o por lo que te quede más cerca, en cambio para los rapanuis, este es un temazo, se busca en el árbol genealógico las relaciones sanguíneas, las amistades, el estado actual de las familias, los vínculos y compromisos de toda índole y, como acá todos son familias de una u otra forma, el asunto se convierte en producto de rencillas y declaraciones de paz o guerra, aquí no hay punto intermedio, el grito de batalla es simple: O estás conmigo o eres del enemigo.


Lili Pate, mi candidata

Los ensayos comenzaron sagradamente el 2 de enero en los gimnasios del Liceo y del Colegio Católico, desde los niños a los adultos debieron decidir por quien ir, en esta ocasión: o los Pate o por los …., (no me recuerdo del apellido); si no eres de acá, los primeros días te dedicas a mirar y ver los dos ensayos, pero luego debes optar, porque aquí no sólo está en juego el apellido de la familia y el honor del clan (como aprendí más tarde), sino que en esta ocasión se van a enfrentar dos grandes grupos de músicos, integrantes de los más famosos team de baile que tiene la isla, a esto hay que sumar que están encabezados por primos en trincheras rivales. Con estos datos ya comienzo a dimensionar el verdadero peso de esta fiesta, que como dije antes, para los rapanuis no es una ligereza, por el contrario, se comprometen a full, pelean entre ellos para que todo salga perfecto y no dudan en alzarte la voz para que lo entregues todo en las competencias. 




Sinceramente yo pensaba, al igual que muchos “osados curiosos” que vamos a los ensayos, que esto no pasaba de ser una linda y novedosa experiencia, además de un gran atractivo turístico, consistente en un desfile donde toda la isla sale a las calles con trajes típicos para terminar con tres noches de competencias de coreografías. ¡¡¡Cuan equivocada estaba!!!, aquí hay honor, pasión y garra en estas dos semanas que dura la Tapati, dónde no sólo hay bailes, sino que hay competencias extremas de natación, lanzarse por la ladera de un cerro sobre hojas de palmeras, confección de trajes, muestras gastronómicas y competencias de cantos entre dos coros de personas rapanuis que cantan en su lengua desde la puesta de sol hasta el amanecer y mucho, mucho más.

A esto hay que sumarle una considerable inversión familiar, se habla de millones; porque imagínense vestir a más de 500 bailarines de todas las edades, más los músicos y la candidata, NO HAY BOLSILLO QUE AGUANTE, además de dar colaciones todos los días, movilizarse a los cerros o a la costa para entrenar a los competidores que se enfrentarán en las competencias físicas, abastecer a las costureras, la mayoría familia: madres, hermanas, tías, abuelas, vecinas, amigas... de todo lo necesario para confeccionar los trajes, porque si necesitas un hilo especial o un respuesto para la máquina de cocer JODISTE NO MAS, aquí no hay donde conseguirlos, sólo quedaría pegarse un viaje a Chile de emergencia. Ah!!! se me olvidaba el desfile, con carros alegóricos, toda la gente vestida con trajes autóctonos o con alguna creación personal, todos pintados con Kia (tierra de colores), con tatuajes que cuentan su historia familiar, todos ataviados de plumas, conchas y productos nativos.

Uff, de solo enumerar las actividades me cansé y eso que me quedan muchas cosas en el tintero, experiencias que aún no he vivido, sabores que no he probado, ensayos que aún no terminan y bailes que cada día añaden un nuevo elemento.

Por todo esto, yo digo que esta es la mejor época para visitar Rapa Nui y si estás en la isla entre enero y febrero debes participar, bailar, cantar, andar a pata pelá y pintarte el cuerpo... y por eso, en este preciso momento cierro mi blog y corro a mis ensayos a sudar la gota gorda por mi candidata.  

miércoles, 4 de enero de 2012

¡Navidad, Año nuevo¡ ...¿qué pasó?


(Segunda parte)

La tarde comenzó su recorrido silenciosa y tranquila, en las calles no había ese bullicio al cual estamos acostumbrados para estas fechas, donde la gente corre hasta último minuto haciendo las compras del “por si acaso”. Era demasiada tranquilidad para ser real, pero era real; desde el hostal donde vivo (el cual está emplazado en una pequeña colina) se podían apreciar las calles vacías, sin autos, sin gente y un silencio inmenso, total; el cual era agradable hasta cierto punto, porque después, me sentía como la protagonista de esas películas donde en el mundo sólo existes tú y quizás, alguien más en algún lugar.

Poco a poco el silencio fue roto por los primeros preparativos del asado, había que buscar leña para el fuego (acá los asados son con leña y jamás con carbón, a no ser que seas turista o simplemente chileno) y preparar las parrillas, la carne estaba lista en alguna cocina de no se quien, así como también las ensaladas y los acompañamientos varios, sólo quedaba sentarse a beber cerveza y escuchar un mezcla de música rapanui y reggae, ¡el ambiente parecía alegrarse y dejar atrás la inquietud silenciosa!. Cada cierto tiempo, los invitados repetían la pregunta sobre qué se haría luego de comer: ir a bailar, ir a ver los fuegos artificiales, dormir, quedarse en casa con la familia, quizás lo hacían movilizados por el afán de crear un nexo entre chilenos y rapanuis, o simplemente, porque la mecánica de la situación hacía que la respuesta se olvidara al terminar de escucharla.

Miraba la hora y pensaba qué estarán haciendo en Melipilla, comprando pan que alcance hasta el lunes pal desayuno, corriendo a la farmacia por un Kitadol por si alguien tiene resaca, yendo por segunda vez a la botillería por alguna bebida y, buscando algún lugar donde encontrar helado de piña para la champagne. Mientras, yo aquí y los únicos tres compatriotas, seguíamos tomando cerveza en la terraza viendo, como el último día del año se nos iba como cualquier otro. .. no importaba el asado y las parrillas que empezaban a humear, ni las cervezas que jamás se acababan, porque cuando vives en un hostal esta escena es cotidiana, ¡que le das la bienvenida a alguien, que le das la despedida a alguien, que el recién llegado te invita a cenar, que un turista invita a todo el hostal a comer...!, pero hoy, día de fiesta around the world el ambiente no era de fiesta, la música no cantaba “Un año más, que más da...”, “El Galeón español llegó...”, “Agua que no has de beber...” (porque no me digan que puede haber año nuevo sin las clásicas cumbias de la Sonora Palacios, ¡que Wuachiturros y no se quien!, en año nuevo se debe escuchar un mix de buenas cumbias) todo era igual que siempre.

Llegó la hora de cenar, a eso de las 10 de la noche, todos nos arreglamos y los chilenos tomamos nuestros teléfonos para saludar a la familia, era un poco freak estar diciendo ¡Feliz Año Nuevo! a las 10 de la noche (tenemos dos horas menos en la isla), pero esta fue una acción que nos acercaba un poco al hogar y nos llenaba de felicidad, una felicidad que pronto también estaríamos experimentando (?). Vino la cena, conversaciones varias y listo, a las 11 de la noche se partió al Hanga Vare Vare en busca de la fiesta y los fuegos artificiales, en el camino uno se iba encontrando con las familias y turistas que enfilaban hacia el mismo sector, se veían botellas de champagne en las manos, sombreros en las cabezas y serpentinas en el cuello, a lo lejos se escuchaba música en vivo, el clima estaba agradable, tibio, llegamos al lugar preciso y a esperar... comienza la cuenta regresiva (antes de lo que indicaba mi reloj) ¡9-8-7-6-5-4-3-2 FELIZ AÑO NUEVO!. Estallan los fuegos artificiales y la gente no se movió de sus lugares, nadie fue donde el vecino a saludarlo, no sonó ninguna cumbia, todo fue extraño, todo se desarrolló en “sus espacios”, con sus grupos y nada más.

Al día siguiente, una salida a la playa para terminar el asado que había quedado la noche anterior, y el lunes, tres chilenos sentados en silencio, se miran, suspiran y alguien dice: “No hay como pasar las fiestas con la familia”, porque será lo mismo de siempre, con la misma gente, la misma vieja cumbia, el mismo conocido latero que te visita para darte el abrazo, pero al final... es tu mundo y sobretodo, es tu familia.