(La identidad de los personajes no ha sido modificada, sus nombres son reales y las historias relatadas, por tontas que sean, son de veritas).
Disfrutando un TUNUAHI |
Es difícil comenzar a escribir sobre alguien del cual sabes tan poco y a la vez, sientes conocer y querer con un cariño entrañable, de esos cariños “de toda la vida” como diría alguien por ahí. Pero en la vorágine de gente que transita por un hostal, a veces nos encontramos con alguien que llega apurado, queriendo wi-fi AHORA porque debe trabajar y, de repente, en aquella persona ves a un amigo, alguien con quien compartir, reírse mucho, tomar una copa de vino y hablar en buen chileno. Alguien que no conoces, pero que bien vale la pena pedirle su mail, facebook, o algo con lo cual mantener el contacto y no quedar en las buenas y modernas costumbres de “seamos amigos virtuales”. No, una persona como mi nuevo gran amigo Marcelo bien merece un encuentro, un rico café y muchas risas por doquier.
Tío Rafa |
Cómo no recordar el día en que ambos nos confesamos el terror de pisar una piedra y luego pensar: ¡¡¡“Cresta me eché un moai”!!!!, o aquella vez que fuimos juntos a un Tunuahi como bienvenida a Ralf y despedida de una linda pareja de holandeses y la suya, y muy cool nosotros agarramos nuestras toallas, trajes de baño y con la mejor actitud de divos, partimos al mar a nadar, sin contar en que cuando él se metiera al mar, lo primero que iba a ver entre sus pies sería una gran ANACONDA GIGANTE (para nosotros el pez era inmeeeeenso), el cual con mi gran imaginación pensé que nos atacaría para llevarnos al fondo de mar y de nosotros nunca más se sabría. Gritamos pidiendo ayuda, perdón, grité pidiendo ayuda y cuando al fin se acercó el tío Rafa (amable rapanui) a ver el INMENSO PEZ que estaba a punto de devorarnos (jaja) creo que no se río de nosotros porque debe haber pensado “Si son Chilenos, que más se puede pedir”... porque ni pa exposición de quinto básico servía nuestra super anaconda mutante, que en realidad era un ure-ure (nombre rapanui) sin más razón de ser que nadar.¡¡¡Qué idiotas somos!!! dijo Marcelo y no paramos de reírnos de nuestra estupidez citadina.
Un beso y un abrazo para ti.
Gracias Amiga!
ResponderEliminarGracias por el cariño. Agradezco conocerte y claro, nos vemos en Santiago y seguimos riendo de buenas ganas!!! Cariños miles.