viernes, 9 de marzo de 2012

La alegría se vistió de arcoiris

Segunda parte

Las horas transcurren entre risas, tambores, cantos, fotografías, niños corriendo con sus trajes de princesas y guerreros... y de repente,  toda la atención  se va a una misma dirección: una madre con su pequeña en brazos se gana la admiración y la ternura de los asistentes, la pequeña tiene un diminuto traje de plumas blancas con corona,  una verdadera  ternura de niña que tranquilamente abre sus ojitos cada vez que delante de ella pasa el hombre con caparazón de tortuga, una mujer desnuda luciendo una piel color púrpura, o un hombre con largas plumas como cabello, ella  no se asusta, sólo mira,  quizás piensa que está viviendo en un cuento de esos que cada noche le cuenta su madre o  se siente  la protagonista de un mundo maravilloso.




Mientras, a su alrededor y sin que ella deje de soñar, comienza el movimiento, en algunas esquinas se dan los últimos retoques a los rostros de los participantes, algunos rezagados corren a las tinas de colores o confeccionan con lo que tiene a mano un  hami (taparrabo rapanui  masculino), quienes irán sobre los carros alegóricos caminan hacia su posición, los músicos afinan  sus instrumentos  y nuestra candidata sonríe, un poco nerviosa, entre la multitud. 
¡¡¡Comenzó, comenzó!!!, grita alguien desde la calle, comenzó el conteo de la otra candidata,  ¡uff,esto tomará un tiempo, dicen que tiene más gente que nosotros! ¿y los carros, cómo son, son lindos, grandes, se nota dedicación? Y las decenas de preguntas vuelan por el aire y la gente comienza a inquietarse, ha pasado mucho rato desde que comenzó el conteo y eso indica que tienen  más gente y al final eso se traduce en más puntos y quizás no ganaremos ... “no hay que preocuparse, nuestros trajes son mejores, nosotros somos mejores” dice alguien por ahí y  a lo lejos una voz grita: “¡Ahora vamos nosotros!”.



Que emoción, comenzamos el desfile, la farándula se toma el pueblo y en las calles no se ve un alma, uno que otro negocio  ha abierto sus puertas, uno que otro ha decidido ser espectador,  pero en resumen las calles brillan, vuelan y ríen. El andar es lento, nos deben contar uno a uno y poner puntaje por los trajes, después de esto se camina junto a los carros, o junto a los músicos, por todo el pueblo, inundando cada rincón de felicidad... todos bailan, sepan o no hacerlo, todos cantan, sepan o no la canción, todos sonríen, sean o no rapanui.








A nadie parece importar como sean los carros de la competencia, o cual sea el traje de la candidata, solamente importa que ahora somos nosotros los que llevamos el festejo por las avenidas, pero yo quiero ver más y por eso comienzo a caminar entre la multitud.  Hay un enorme gallo de madera, una tabla de Rongo Rongo (escritura rapanui indescifrable hasta hoy) esculpida en piedra y en dimensiones considerables, una decena de moais que son trasladados por hombres a través de toda la calle y  tirados con lienzas; las competencias no han quedado fuera, han creado  una escultura de un hombre sobre un tronco de plátano, que simboliza la competencia de Haka Pei, otras que representan las competencias de natación sobre balsas de totoras, a lo lejos se vislumbra un gran hombre con una cabeza de plátanos sobre sus hombros y encabezando el desfile, el carro de nuestra candidata.




Es precioso, realmente se ve la dedicación y el esmero que pusieron en su confección los mejores artesanos de la isla (que por suerte estaban en la familia de nuestra candidata), es un barco hecho completamente de madera, lleno de detalles, con navegantes que izan las velas y la futura reina (a esa altura nadie dudaba que ella sería la soberana) al centro, saludando a todo el pueblo con la tranquilidad de quien sabe que el trabajo ha terminado de manera brillante. Ahora la felicidad es completa, el sol comienza a despedirse sobre las aguas del oceáno y  entre danzas, cantos y un momento soñado, la Tapati 2012  lentamente inicia  su adiós, hasta el próximo año, donde nuevamente se dejarán volar las ilusiones, se desempolvarán las fantasías  y se dará la bienvenida a la magia de RapaNui.

martes, 6 de marzo de 2012

La alegría salió a las calles con traje de arcoiris

Primera Parte



¡Y al fin llegó lo más esperado de la Tapati!, el día donde todos desempolvan desde su imaginación majestuosas y oníricas creaciones, sueñan con imágenes fantásticas, llenas de magia y de asombro, colores de caleidoscopio y de cuentos. Todos quieren dejar una estela de asombro durante su paso por las calles, quedar inmortalizados en más de alguna foto y sobre todo, quedar en la memoria colectiva de todo un pueblo y en los  recuerdos de miles de viajeros que comparten la magia de la Tapati.



Porque la Tapati es magia y alegría pura, un momento único que une y separa a a todo un pueblo en dos grandes clanes que surcan  el océano, escalan  cerros, arriesgan su vida, cantan y bailan, desempolvan tradiciones, emocionan con cada detalle que traen a este tiempo  y sobre todo, llenan el universo de colores y energía. Si bien hay un abanico de actividades que se desarrollan en esta temporada, hay hitos que todos esperan, está la competencia de Haka Pei (recordarán  que les hablé sobre hombres que se deslizan desde lo alto de un cerro sobre troncos de plátanos y alcanzan velocidades increíbles), el triatlón en el cráter del Rano Raraku, las coreografías grupales con hermosos trajes, pero en el top top de la lista se encuentra, sin ninguna duda, LA FARANDULA.



Si bien esta actividad no es el cierre de la fiesta, ésta aclara cualquier duda sobre quien será el vencedor y coronará a su reina como la única soberana de la Tapati, pero antes de llegar a la coronación, les cuento que esto comienza muy temprano (horario rapanui), a eso de las 11 de la mañana, en lugares elegidos estratégicamente por cada  comando de las candidatas para  poder captar a los pocos indecisos que aún quedan en la isla y convencerlos  de  despojarse de todo lo moderno (incluyendo la ropa), dejar el pudor a un lado, sumergirse en tinas de colores, ponerse plumas, pintarse el cuerpo,vestirse como un rapanui y acompañar el desfile de una decena de carros alegóricos donde en el más hermosos siempre  va la futura soberana de la isla.
 


Quienes participamos en las competencias de bailes desfilamos con nuestros trajes, porque desde ese momento ¡ya somos dueñas y dueños de preciosos atuendos! confeccionados con el cariño de las familias que agradecen con este gesto la participación desinteresada de cada bailarín (o aspirante a  ello), en especial de los turistas que como yo seponen la camisetapor una actividad que trasciende la fiesta y el turismo y se asienta en una cultura viva. Los que no poseen traje y tienen verdaderas ganas de participar en el desfile, tienen la oportunidad de acceder a los diseñados para la ocasión y  luego, con su traje en mano o ya puesto, hacer un fila (en realidad son docenas de ellas)  a la espera de la llegada de los artistas que,  cargados con   Kia (tierra de colores que se utiliza en la pintura corporal), pinceles y diseños únicos,  te dan el toque  especial, que cual magos y hadas con sus varitas mágicas te convierten  en un ser encantado.
Esta escena de seres fantásticos caminado entre los árboles, con plumas en sus cabezas y conchas marinas sobre sus cuerpos, se prolonga por horas y horas, piensen que se recomienda llegar a eso de las 11 y el conteo de  cada comitiva recién comienza a las 4 de la tarde, para  luego  dar paso a la farándula. Entre paréntesis, creo que no les he explicado que en esta actividad se juegan los últimos puntos de la competencia: Cantidad de participantes (¡se cuentan uno a uno!, hablamos de más de 500 personas), Originalidad de los trajes, de la pintura corporal y lo más importante, la creación de los carros alegóricos, ¡si la cosa no es desfilar por desfilar, todo tiene su ciencia!



  Pero volvamos a lo nuestro, la farándula es un variopinto de personas y personajes, que se pasean tranquila y entusiastamente sacándose fotos o dejándose fotografiar por turistas (a me fotografiaron, fui famosa por unos segundos), preocupándose de cada detalle, de cada textura de su takona, de cada pliegue de su traje, nadie se preocupa de cual esbelto o gordo seas, de si tienes 80 y andas desnudo,si tienes celulitis o las pechugas están  en otra órbita, ¡¡¡olvídense!!!  el pudor se guarda en la mochila y te dejas llevar por la alegría de sentirte libre, de ser feliz, de disfrutar y sobre todo y con sincera  humildad, de sentirse mágica.

(continuará)