miércoles, 25 de mayo de 2011

Camino a Terevaka


   
Cuando te invitan a subir un cerro, lo más entretenido de los segundos que siguen a la invitación, es mirar con detenimiento las caras de quienes la han recibido, en especial si son ladies “¿Un cerro?, ah que entrete...”, es la primera expresión políticamente correcta que a uno se le viene a la cabeza, porque hablemos con sinceridad, muchos de los panoramas entretenidos que manejamos en nuestra lista de “Cosas para disfrutar”, no se encuentran




    


 precisamente  hechas con opciones que impliquen sudar, llenarse de tierra, caminar bajo el sol quemante, bajo la lluvia que te moja hasta el alma, el frío que te cala los huesos, aguantarse las ganas de ir al baño por horas, odiar tu lindo bolso combinable con no sé que zapatos, pero que es inútil como un saco de papas a la hora de irse a la montaña, y a esto agrégale todo lo que desees. Pero en mi caso, esta nueva aventura rapanui tenía que realizarse con gusto, porque no todos los días tienen la posibilidad de subir más de 500 metros y ver la ISLA.









Me explico, este cerro es el más alto de Rapa Nui, por lo tanto, punto turístico obligado, pero al poco andar, me doy cuenta que su real encanto no es llegar a la cima sino, ir descubriendo según mi paso de aventurera, cada uno de los tesoros escondidos que existen puestos ahí para mí, como un “regalo del universo”: árboles frutales que debes compartir con los caballos ,quienes botan con empeñones las guayabas, cuevas subterráneas llenas de vegetación, cascadas naturales, flores de rojo pasión, troncos que brindan descanso y refugio para el andante, bosques que me cobijan de la lluvia y alturas que me invitan a subir y ver.







 Aún queda mucho por andar, ni siquiera vislumbro la punta de la cima, sin embargo, con este recorrido ya me doy por pagada, no importa el frío ni la humedad de la ropa, debido a una gigantesca nube cargada de agua que me acompañó durante un tramo, ni que mis zapatillas parezcan sopa; la cima ya no es el objetivo, es el último regalo de la naturaleza, que me invita, como una mujer seductora, a seguir avanzando sin pensar en nada más que sólo el aquí y ahora.






 
Descubro un pequeño cráter y ¡OH! desde su borde ya comienzo a ver la razón de mi viaje,pero no es este el lugar, ¡hay que seguir! Y en esta etapa del camino da por pensar, analizar la vida, proponerte metas, cambiar actitudes, desechar lo malo y superfluo... y con tu nueva vida armada y descubriendo que cuando uno quiere siempre puede y, refuerzas tu idea al ver a un árbol (ver foto) que en el centro de un segundo cráter ha echado raíces en solitario, comienzas a sentir la fuerza del viento que anuncia la cúspide.






 


El sol se abre, el paso se hace un poco más lento, el mar se muestra en gloria y majestad, las nubes son una acuarela de colores... vas llegando, ahí está la cima, estás a punto de lograrlo, de sentirte un elegido, con la luz acaricando tu rostro, el mundo a tus pies y de repente...UN CELULAR, EN EL MOMENTO EN QUE TOCAS EL CIELO, UN CELULAR LLAMA, MI CELULAR, esto es lo más freak que me ha pasado, a más de 500 metros de altura y cómo nunca mi celular funciona.


Desde la cima de Terevaka
Pero bueno, hay que seguir y ahora ¡Sí he llegado a la cima! ,ahora puedo ver la isla en 360 grados, en este momento ¡veo la isla!, ¡veo la redondez de la tierra!, ¡veo el mar que me rodea!Siento  a Rapa Nui, a través de la naturaleza, la observo descansando plácidamente en medio de la nada, en el ombligo del mundo, ahora se que estoy lejos de todo y que este espacio y momento es solo mío.


                                                                                                                                      
Flor encontrada en  caverna camino a Terevaka.

domingo, 22 de mayo de 2011

Mi breve (y espero) no equivocada mirada acerca de Rapa Nui


Parte III y final.

Este anexo no estaba en los planes, ni siquiera la segunda parte de “Mi breve (y espero) no equivocada mirada acerca de Rapa Nui”, pero son tantas las cosas que decir y mostrarles que siempre quedo corta de imagen, palabras y espacio, y aunque muchos me lean y no me dejen comentarios en el blog, me da mucho gusto saber, por otros medios, que disfrutan mis escritos tanto como yo disfruto compartirlos con ustedes.

Pero por qué esta tercera parte, simple, porque hay detallitos que bien merecen ser mencionados y qué mejor que junto a su imagen correspondiente:


1.-     Mata Ki Te Rangi, nombre originario de la isla que siginifica: “Ojos al cielo”, ha sido todo un descubrimiento para mí y para varios, pues no es un detalle demasiado difundido en los libros, ni que se mencione muy seguido entre la gente. Y hablando de mencionar, dos cosilas más, primero la doble rr no existe en la fonética rapanui, todo se pronuncia con r simple y segundo, cuando se dice en voz alta MATA KI TE RANGI, éste suena super bonito, casi como palabras de amor.


Ahu Vaihu
2.-          Cuando hablamos de la azarosa historia de Rapa Nui hay episodios recientes que se deben comentar, como por ejemplo, que el más grande terremoto de la historia mundial, ocurrido un 22 de mayo de 1960 en Valdivia, tuvo repercusiones directas en la Isla. El paso del tsunami, ocurrido luego del temblor 9.5, llegó a las costas de Rapa Nui y hasta el día de hoy se pueden observar las heridas de este desastre.


3.-     Yo siempre hablo de que fui a la playa a comer pescado, esto se llama Tunuahi, que no son otra que asados de pescado a la piedra, los cuales se obtienen directo del mar luego de un rato de pesca con arpón o simplemente con anzuelos. Luego los isleños limpian el pescado sólo con agua salada, no le sacan las escamas, ni los ojos, sólo las vísceras (el cocoma, como se dice aquí) y luego al fuego, incluyendo el cocoma, que aunque suene feo su nombre, su sabor es muy delicioso (YO LO PROBE Y SOBREVIVI).




 
4.-          En invierno uno ve poca gente joven en las calles, el tema no es que la población sea vieja, sino que la juventud está en el continente estudiando, ya sea en colegios,institutos o universiades, por eso cuando llega diciembre y las clases se acaban, Rapa Nui adquiere un tono más fresco y alegre y en esa temporada ¡si que mejora la panorámica! (habrá que venir para comprobar la hipótesis).




5.- Un elemento bastante simpático del proceso de mestizaje, por así llamarlo, que ha experimentado Rapa Nui, ha sido la llegada de mano de obra chilena para trabajar , específicamente, en la construcción de hoteles. Como el isleño es un tanto flojo y considera que lo que pagan los contratistas y empresas continentales es poco para sus expectativas (si lo vemos de cerca nadie trabajaría en la “contru” por 400 lucas mensuales, si con un par de peces vendidos a los hoteles,pueden vivir tranquilamente todo un mes), el maestro chileno ha sabido capitalizar esto, ganando sus buenas lucas y con una capacidad de adaptación increíble, se ha amoldado a esta cultura hedonista, amante del dios baco y con deseos de promover los intercambios genéticos con especímenes distintos a su raza (me han entendido?), a veces el milagro de la evolución funciona bastante bien, pero sinceramente, en su mayoría deja mucho que desear.

Bueno amigos, estos eran algunos de los detallitos que deseaba incluir a “Mi breve (y espero) no equivocada mirada acerca de Rapa Nui”, algunos temas son dignos de una mayor extensión, como por ejemplo la llegaga del “maestro de la contru” y su integración al mundo rapanui, pero como dije en un comienzo, sólo deseo mencionar y en otro momento detallar.

viernes, 20 de mayo de 2011

Mi breve (y espero) no equivocada mirada acerca de Rapa Nui

Parte II

 
Luego de mi anterior análisis histórico-filosófico (pucha que sonó bonito), deseo detenerme en la cotidianeidad rapanui. Cuando uno llega acá cree que todo es baile, fiestas todo el día, colores, flores en los cabellos y mucha sensualidad en las calles, pero la realidad es otra y va a depender de la temporada del año en la cual uno viaje... no es lo mismo viajar en invierno que en verano, no es lo mismo diciembre que febrero, habrán elementos que son transversales a las estaciones, como la cultura y la manera de encarar la vida de la comunidad, pero hay otras que dependen 100% de lo que tú busques y del momento que has elegido.

Estoy acá en época de invierno, con un poco de frío y las temperaturas más bajas, pero cuando digo bajas, lo digo sentada bajo un lindo sol, con chalas, polera manga corta y sintiendo una tibia brisa en mi rostro, esta condición atmosférica no te impide PARA NADA, meterte al mar tranquilamente y disfrutar de un rico helado mirando el sol, ¿un termo con café?, no gracias.... Me han dicho que la lluvia es habitual en toda época del año, por eso aunque sea verano se debe andar con short y una capa de agua, el paragua no es muy eficiente debido al viento, que en algunos sectores de la isla no te permite estar de pie con facilidad.
Pues bien, tenemos el informe metereológico listo y ahora, nos vamos a recorrer y conocer Rapa Nui:
Rapa Nui tiene un sólo pueblo, Hanga Roa, lo puedes recorrer tranquilamente caminando a la hora que sea, las distancias son cortas y todo lo que deseas lo puedes encontrar en la calle principal (Atamu Tekena) donde están los rent a car, los almacenes, boutiques, tiendas de sourvenirs, restaurante, también una feria de frutas y verduras, que a veces amplía su oferta y ofrece carne ( yo sólo he visto una carnicería formalmente establecida en todo el pueblo).Al frente de ella (de la feria) está un mercado artesanal y a un costado una feria de pescado, donde puedes encontrar atún, pici (pez originario de la isla) y otras especies marinas, pero ojo, lo ideal es ir acompañada de un isleño para que no te cobren según la cara que te vean y si los precios acá ya son altos, imagínate el valor de tu compra. La mayor exquisitez en pescado se llama KANA KANA, no se adquiere en la feria y es el plato más caro que puedes encontrar en un menú,incluso más caro que el atún pascuense.
Como habrán visto la vida acá gira en torno al mar, un fin de semana ideal para ellos es ir a una poza, pescar, sacar erizos (hay un erizo local que se llama BANA y es del tamaño de una pelota de fútbol, ¡¡¡¡una delicia, ñam,ñam!!!), preparar fuego para las piedras y poner la pesca sobre ellas, tomar cerveza,fumar,conversar de la vida y disfrutar... Esta vida paradisiaca tiene sus problemas graves, acá la gente toma mucho, desde la mañana hasta la noche, hombres y mujeres, y es fácil verlos con su cerveza escudo antes que su taza de café matutino, a esto hay que sumar el tema del cigarro, fuman como carretoneros y no sólo cigarros, sino que también marihuana, sin embargo no hay drogas duras, no se ve la cocaína , por ejemplo.
Debido a esta adicción al cigarro, un encendedor o una caja de fósforos adquiere un valor inconmesurable, puedes dejar olvidada tu billetera sobre la mesa, junto a tu encendedor y a tu regreso encontrarás tu billetera intacta, pero no el fuego. Esto me lleva a señalar con admiración que en Rapa Nui no hay robos, tú puedes ir a la playa, dejar tus cosas en el auto, bajar de él sin cerrarlo, ir al mar, nadar y jamás perderás algo, recuerdo que al segundo día de mi llegada fui a la playa en auto, cuando llegamos al lugar agarré mis cosas, subí los vidrios, puse seguro a la puerta y bajé esperando que los demás hicieran lo mismo, para mi asombro todos me miraban como diciendo ¿Y a esta loca que le pasó?, hasta que alguien se dirigió a mi y me dijo: “Amiga acá los rapanui no roban”. Una maravilla vivir así, las casas no tienen rejas de protección sino de adorno (no miden más de un metro), las personas jamás dejan su hogar con llave, puedes dejar el auto estacionado toda la noche en la calle y NADA... con el tarro de la basura pasa lo mismo, igualito que en Melipilla, que en mi casa se han robado el basurero que sólo los desperdicios lo mantenían en pie y hasta las perillas de la puerta de calle (no es chiste).Pero adivinen quien sí roba... los chilenos (entiéndase continentales) y algunos turistas frescos.
Los códigos que manejan son en base a la cercanía, a la familiaridad de ser de una u otra forma parientes de todo el mundo, por ejemplo, si alguien está sentado en el jardín conversando, uno tiende naturalmente a no acercarse para no interrumpir, pero a ellos no les importa esto y se sientan en patota a vivir su vida, tomando cerveza y fumando, sencillamente por que están en su casa, es decir, en la casa de un pariente. Toda isla está llena de tías y tíos, ¡hasto yo tengo tías nuevas y eso que mi abuelo nunca anduvo por acá!, lo que pasa es simple, por respeto a las personas mayores (pero no ancianos)se les dice de esa manera, a los conocidos se les llama amigo o amiga (no hueón como en el conti) y si tienes pareja tienes chico o chica.
Y así va la cosa, este mundo es muy simpático, un paraíso para quien lo lee, pero si lo miras con detención, con el grave problema de desarrollo personal: ¿que hago de mi vida acá? ¿que hace un joven rapanui acá?, ¿a qué puede aspirar? . En este punto el tema cambia, por ejemplo no hay institutos, sólo escuelas y liceos, por lo tanto la juventud está obligada a irse al “conti” para estudiar, en su mayoría turismo, el cual no ejercen como profesión cuando vuelven a la isla, debido a que este sector económico no es mirado como fuente de ingresos, el turismo les llegó de un día para otro y se han ido adecuando a una escala muy artesanal y a veces equivocada.
Pero bueno, esa es la isla, un lindo lugar donde vivir cuando tu vida está resuelta y puedes darte el tiempo, todo el tieeempo del mundo sólo para disfrutar... mi vida no está resuelta, sin embargo... disfruto!.
Iorana a todos.

Mi breve (y espero) no equivocada mirada acerca de Rapa Nui

Parte I

Ser turista en Rapa Nui no es lo mismo que vivir una temporada en la isla, no es que esté desmereciendo a quienes juntan sus ahorros o aprovechan las imperdibles ofertas de LAN para pasar 4, o quizás, una semana en este paradisiaco lugar. Al contrario, es un gusto que ojalá todos puedan darse algún día, pero lo que yo les quiero y puedo contar, es completamente distinto, se los digo muy en serio, completamente distinto a quien sólo fue un turista y no un viajero.

Rapa Nui o Mata Ki Te Rangi (nombre originario de la isla que siginifica: “Ojos al cielo”), es sencillamente y en pocas palabras OTRO MUNDO, no es Chile, su anexión a nuestro país es casi una anécdota en su historia y quizás, un mal favor para este pueblo que no tiene sangre americana y tampoco chilena.

Y aquí me deseo detener un momento, para decirles primero, que lo que sigue es una apreciación muy particular, sin mayores bases que pensar, filosofar y tener acceso a un poco de historia; y segundo, que he llegado a la conclusión (complicada de explicar en un par de líneas) que el pueblo Rapa Nui es un pueblo que posee razones fundadas para no sentirse y no querer ser Chileno. Sus raíces surgen en Oceanía, desde donde un día, como cuenta la leyenda, viajaron 7 nativos a través del océano, siguiendo el sueño de su rey, quien les dijo: “Vayan y conquisten la lejana isla que está allá”, quizás el rey señaló la inmensidad del mar y el “allá” significaba ir a ciegas hacia miles de kms desde su tierra, a un lugar que nunca nadie había visto, del cual no se sabía nada y que estaba depositado en algún punto del mar. Estos hombres siguieron la visión, las estrellas y quizás el camino de los peces, no existían instrumentos que señalaran el camino sobre las olas y tan sólo con su coraje y fortaleza, pisaron por primera vez esta isla, dando inicio a la colonización polinésica de lo que hoy conocemos como Rapa Nui.

Estos primeros habitantes llegaron trayendo consigo, sobre sus canoas, a familias enteras, animales, plantas y un cúmulo de conocimientos que dio vida a esta nueva cultura. Un pueblo que con poco más de 1500 años, no pertenece a Chile ni a la América Bolivariana, una raza distinta a aquella que dio vida a nuestra nación y en donde Chile apareció en esta historia, primero, para anexarla por estrategia y luego de años, para incorporarla legalmente al territorio … y el resto es parte del desarrollo y aplicación de nuestras integradoras políticas sobre pueblos originarios (por favor leer con ironía).

Pero los problemas no se iniciaron con nuestra aparición, antes la historia de Rapa Nui no era una taza de leche: los isleños sobreexplotaron los recursos marinos, desforestaron los bosques y la sobre población causó efectos deplorables en el territorio. Cuando los europeos la descubrieron en 1722 y la llamaron Isla de Pascua, se dio inició a constantes visitas no gratas de extranjeros, que siempre terminaban en enfrentamientos y alimentaban un sentimiento cada vez mayor de aversión hacia el foráneo. A esto hay que sumar las desgastantes peleas entre los clanes de Orejas Largas y Orejas Cortas que causaban un constante caos social y luego, no se cómo (debo ser honesta) aparecieron en la historia rapanui, los esclavistas peruanos buscando “mano de obra” para sus empresas guaneras, esto fue un nuevo golpe para esta raza que perdió, con esta cacería humana, a gran parte de sus líderes, sacerdotes y sabios, aniquilando con esto y de una manera impensada, definitivamente a la escritura nativa, conocida como rongo-rongo y de la cual hoy sólo se conoce gracias a piezas de museo.


El recelo que siente un rapanui hacia el chileno, el celo por su cultura, el egoísmo por la transmisión de sus conocimientos, el deseo de sólo existir alejados del mundo tiene un origen super claro, como han podido apreciar, ellos no pertenecen a nuestra historia, no son parte de nuestro desarrollo, se han hecho a sí mismos durante años, sus necesidades caminan por la reinvindicación de un mundo que nació del aislamiento, que creció en medio de la nada y que se desarrolló de manera impresionante en el más completo aislamiento (hasta para los más eruditos este punto es un misterio). Su actitud y sus razones son super plausibles, sin embargo, su sigilo me preocupa, cuando una cultura se cierra en virtud de autoprotección corre el riesgo de desaparecer y yo no quiero que esto ocurra, porque su gente es linda, después de su frialdad inicial y si te creen merecedora de su confianza, te abren su vida, sus miles de historias, te llevan al mar para que comas de sus pescados y en mi caso, me regalan silenciosamente cosas tan preciados para ellos como un mango sacado del árbol de su hogar sólo para mí.

Esta es la Rapa Nui que yo he aprendido a conocer, en los tiempos y espacios que me han ido brindando, en un mundo que vive en un pasado presente y que extrañaré cuando me vaya, pero del cual no deseo ser parte por respeto, porque una cosa que he aprendido en Rapa Nui, es que cuando te ganas el respeto de un isleño, es porque realmente has demostrado tu valor, y mi valor está en reconocer que no contribuyo a esta cultura y que jamás podré ser parte de ella, por lo tanto, se debe partir con la cabeza en alto y añorar los buenos momentos vividos en el lugar habitado más apartado del mundo.

to be continued ...
 

martes, 10 de mayo de 2011

Seducida por el mito


Sinceramente y para pena de muchas que ya han preguntado “Y qué tal?” (y tú sabes perfectamente que no te están preguntando por la temperatura del mar,) les diré que en la isla no llueven hombres como el ideario colectivo ha señalado, no los tienes que espantar como moscas y no te van a raptar para hacerte perder la cabeza. ¿Pena?, no deben sentirla porque el gran hallazgo está por venir y éste devela dónde y cuál es la magia de los hombres y mujeres rapanuis.


Cuando uno viaja a Isla de Pascua, surgen dos preguntas de manera espontánea: ¿Cómo son los moais? Y ¿Qué tal los minos?. Pues bueno, yo he estado tres semanas en Rapa Nui, caminando tranquilamente por sus calles, conociendo su gente, viviendo con una linda familia isleña, comiendo el pescado más fresco del mundo, pero no tengo cresta idea dónde están esos hombres y mujeres que dejan mudos a quienes los miran, esos cuerpos esculpidos a mano por la sensualidad del mar y la caricia del viento, con pieles bronceadas por el sol cada día y miradas que te hacen olvidar tu pasado y presente.



La magia está en sus bailes, si vienes al ombligo del mundo debes ver, gozar y sentir uno, yo fui con un grupo de amigos a ver VAITEMIHI. Llegamos temprano para que nos pintaron el rostro y quedar más a tono con el ambiente, nos sentamos muy tranquilos con nuestro nuevo look, esperando el baile, de repente, se apagan las luces, se escucha una suave música y una voz da la bienvenida en lengua original. 




La luz inunda todo, se oyen unos tambores que hacen sonar tu corazón con cada golpe y entonces, aparecen ellos:SURGE EL MITO EN CARNE VIVA, peeero... luego salen la mujeres, bellas, sensuales, moviendo sus caderas de manera cadenciosa, con finos cuerpos bronceados (¡¡¡dónde se metieron la celulitis estas tipas!!!), con sonrisas perfectas y miradas coquetas, ellas sí que son lindas, con una belleza natural que no es fácil encontrar en el continente.



Pero y los hombres ¿cuándo me van a encantar?, exijo mi MITO AHORA y mientras pensaba esto, comienzo a ver el mito. Los bailarines son guerreros sobre el escenario, que luchan por su tierra, que enamoran a su hembra, que miran al público desafiante, que dicen en cada momento soy de sangre guerrera y de estas manos surge vida, ¡aquí está el hombre del cual hablaban mis amigas y la leyenda que ha recorrido el mundo!, el hombre que enfrentó a la naturaleza, desafió las alturas de volcanes y surgió del mar para ser proclamado rey.





Sin lugar a dudas es la actitud lo que hace a estos machos polinésicos ser protagonistas de leyendas y sueños femeninos, es la fuerza de sus bailes y cantos guerreros, es la belleza silenciosa de sus mujeres y sus movimientos de ensueño.
Termina el baile, se apagan las luces y todo vuelve a la realidad...





Pero ahora, cuando recorro las calles de Rapa Nui, veo a una raza orgullosa que camina junto a mí, que te miran de frente y con ojos penetrantes, que pasan a tu lado y te saludan con cortesía y firmeza, que aman el mar y a su tierra por sobre todas las cosas, que son sinceros de una manera brutal que nosotros desconocemos y hemos olvidado. Son un pueblo que vive su historia y su historia es su hogar, aquí ESTA EL MITO RAPA NUI.


                                                        
              


                    



lunes, 9 de mayo de 2011

Mi amigo Marcelo y yo


(La identidad de los personajes no ha sido modificada, sus nombres son reales y las historias relatadas, por tontas que sean, son de veritas).

Disfrutando un TUNUAHI
        Es difícil comenzar a escribir sobre alguien del cual sabes tan poco y a la vez, sientes conocer y querer con un cariño entrañable, de esos cariños “de toda la vida” como diría alguien por ahí. Pero en la vorágine de gente que transita por un hostal, a veces nos encontramos con alguien que llega apurado, queriendo wi-fi AHORA porque debe trabajar y, de repente, en aquella persona ves a un amigo, alguien con quien compartir, reírse mucho, tomar una copa de vino y hablar en buen chileno. Alguien que no conoces, pero que bien vale la pena pedirle su mail, facebook, o algo con lo cual mantener el contacto y no quedar en las buenas y modernas costumbres de “seamos amigos virtuales”. No, una persona como mi nuevo gran amigo Marcelo bien merece un encuentro, un rico café y muchas risas por doquier.


       ¿Pero quién es mi amigo Marcelo?, un chico de Santiago que llegó por una semana a Rapa Nui con una maleta, una mochila y una cara de stress de esas que dan risa: ¡¡¡”Uff, debo trabajar”!!! fueron sus primeras palabras luego de un hello o quizás un hola (no recuerdo bien). Con su pelo largo y lentes ópticos, se sentó a mi lado, sólo nos dijimos unas frases de cortesía y hasta la vista, pero al caer la tarde, cuando ya la gente comienza a buscar su cama para descansar, nosotros dimos rienda suelta a nuestras impresiones de la isla y OHH, comenzamos a reír de tantas tonteras que habíamos vivido, él en su primer día y yo en mi segunda semana. Ese día fue el comienzo de amenas conversaciones, mucha risa, comentarios tontos sobre nosotros y uno que otro vasito de Doña Dominga (vino chileno).


Tío Rafa
     Cómo no recordar el día en que ambos nos confesamos el terror de pisar una piedra y luego pensar: ¡¡¡“Cresta me eché un moai”!!!!, o aquella vez que fuimos juntos a un Tunuahi como bienvenida a Ralf y despedida de una linda pareja de holandeses y la suya, y muy cool nosotros agarramos nuestras toallas, trajes de baño y con la mejor actitud de divos, partimos al mar a nadar, sin contar en que cuando él se metiera al mar, lo primero que iba a ver entre sus pies sería una gran ANACONDA GIGANTE (para nosotros el pez era inmeeeeenso), el cual con mi gran imaginación pensé que nos atacaría para llevarnos al fondo de mar y de nosotros nunca más se sabría. Gritamos pidiendo ayuda, perdón, grité pidiendo ayuda y cuando al fin se acercó el tío Rafa (amable rapanui) a ver el INMENSO PEZ que estaba a punto de devorarnos (jaja) creo que no se río de nosotros porque debe haber pensado “Si son Chilenos, que más se puede pedir”... porque ni pa exposición de quinto básico servía nuestra super anaconda mutante, que en realidad era un ure-ure (nombre rapanui) sin más razón de ser que nadar.¡¡¡Qué idiotas somos!!! dijo Marcelo y no paramos de reírnos de nuestra estupidez citadina.


   También compartimos una mañana de shopping y fuimos de tienditas para comprar sourvenirs (que están suuuuupeeeer caros, entienden?), lo pasamos increíble pensando cosas como secuestrar una gallina 100% rapa nui y llevarla a Santiago para que él pudiera hacer un trajes de baile originales (las plumas que ustedes ven en los vestidos y accesorios que se ponen en el cabello hombres y mujeres, son hechos con las plumas de estas aves), era tanta nuestra buena honda que una señora se contagió con ella y nos regaló dos collares: un anzuelo para su protección y dos pájaros que se miran de frente para mi buena suerte. Y así se nos fueron los días, entre risas y conversaciones, hablando con Wessel y Marjhel, en inglés fluido él y yo, esforzándome por hacerme entender. 





    Marcelo ya está en su casa, muerto de frío (envidienme todos hasta morir, ando con chalas y vestido, tengo sol y voy a la playa) y le agradezco las cosas ricas que me dejó (para comer), su compañía, su excelente buen humor, su breve, pero sincera amistad y sobre todo, el gran episodio de la Anaconda Mutante. Y como decimos en la isla “See you”.

Un beso y un abrazo para ti.

jueves, 5 de mayo de 2011

Mi perro y yo


Las maravillas cotidianas de una isla mágica como Rapa Nui no sólo quedan en el terreno de los moais y su cultura, por el contrario, ha sido grato reencontrarse con las pequeñas cosas de la vida diaria y volver a sonreír desde el alma. Aquí una bella historia que tuve la dicha de vivir.

   Hoy fue un día de aquellos donde el mejor panorama, en cualquier parte del mundo pareciera ser quedarse acostada tapadita hasta las orejas, escuchando buena música, leyendo un buen libro, tomando un rico café, quizás más tarde comiendo un rico chocolate con almendras pensando en la vida, volviendo a tomar el libro, quedarse pegada en una idea, descubrir la solución a algunos problemas existenciales y así … se fue el día más rico de tu vida, todo gracias a una intensa y descomunal lluvia que te susurró al oído: “Quédate en casa”.


     Acá en Rapa Nui cuando llueve...llueve, a veces ni siquiera se puede ver unos cuantos centímetros más allá de tu nariz porque es tan copiosa, que enceguece, las palmeras parecen palos de fósforos debido a la facilidad con la cual se mueven y los truenos son profundos, más roncos, con un tono más seco. Puede llover mucho, pero el verdadero problema es el viento, el cual silva como en los cuentos de Oscar Wilde, finito pero largo y un poco aterrador, tan aterrador que sabes que algo malo podría pasar y lo malo termina ocurriendo, llega la incomunicación tecnológica, se cae internet, los teléfonos no funcionan y literalmente llega el aislamiento. Si se murió Bin Laden nadie lo sabe, si Piñera bajó en las encuestas nadie lo sabe, si ganó la UC a Gremio, nadie lo sabe y etc, etc.

  Cuales son tus opciones, armarse de valor y caminar como espartano bajo la lluvia o quedarse en el hostal y conversar. En mi caso, me quedé en casa y me enternecí con la historia de Paulo, un caballero brasilero que recordó que en uno de sus tours por la Isla había conocido un perro el cual lo acompañó en su trayecto, como un verdadero guía fue amable, movió la cola y hasta descansó como perro faldero y un día después de este encuentro fortuito, el perro estaba fuera del hostal esperándolo para mover la cola y luego partir por quien sabe donde. Esta historia no es menor, primero porque el día que Paulo conoció al perrito, éste estaba a muchos kms del hostal, segundo porque el perrito no lo siguió al hostal y tercero, porque los perros de la Isla son verdaderos guías y guardianes de quien ellos escogen.

Mi perro guía
    Yo lo comprobé en persona, cuando un día me levanté con toda la intención de trotar por la costanera (todos los días anhelo lo mismo y termino contemplando el mar por horas) y en una esquina aparece un quiltro lindo, de esos que te miran y parecen sonreír, me acompañó en mi camino, tomó agua de mi mano, descanso cuando lo hice, miró las olas con tranquilidad y no se apartó de mí cuando pasé un mal rato con la cultura rapanui. De no ser por él, hubiese colapsado con facilidad, pero él estuvo atento, gruñó cuando fue necesario y se alejó del problema junto a mí con la calma que a mí me hacía falta. Caminé digna junto a mi perro guardián buscando donde sentarme, cuando hallé el lugar no lloré porque el perro se sentó a mis pies como quien está junto a su amo de años, eso me dió paz, me enterneció y me hizo sonreír. Ya más repuesta, me dirigí al pueblo y en el mismo lugar donde mi perro guardián me encontró, me dejó, no dió un paso más, sólo movió la cola, sonrió y siguió su camino. Sinceramente pensé que me acompañaría hacia el hogar, pero sin duda su misión ese día era estar ahí para mí y yo lo agradezco y lo recordaré por siempre.

lunes, 2 de mayo de 2011

Que aprendemos cuando viajamos


Mi vida en un hostal me ha enseñado muchas cosas lindas, pero una de las más importantes, ha sido aprender a conocer todos los días a nuevas personas que con más o menos dinero y con distintas motivaciones, te enseñan que lo mejor de cada viaje, más allá de las ruinas históricas, patrimonios mundiales o experiencias extremas, es sin duda, la gente nueva que puedes conocer y cada uno de sus mundos.


   
Cuando vives en un lugar tan turístico como Rapa Nui y lo haces en un hostal, no alcanzas a dimensionar durante tu día, entre paseos y fotos, la importancia que adquiere la conversación hasta que cae la noche y, casi siempre, alrededor de unos hirvientes tallarines con salsa, se reúnen los turistas para hacer lo mejor que uno sabe cuando está de viaje: CONVERSAR.



  
Entre suecos, españoles, gringos, peruanos, brasileños, italianos, franceses, alemanes, chinos, japoneses y una amplia y extensa cantidad de nacionalidades,se da rienda suelta a las aventuras del día y pronto, a los recuerdos de viajes pasados. Impacta escuchar, en especial a los europeos, como hacen de su vida un viaje constante, no importa la edad que tengas, ellos agarran sus maletas, a su familia (si la tienen) y listo. 




De tan sólo escuchar los lugares que han visitado ¡¡¡da mucha envidia!!! y no      me voy a condenar por sentirla, porque si no experimentas un pequeño dolor de guata cuando oyes lugares como Estambul, Tibet, Indonesia, Rusia, Nueva Zelanda y los arrecifes de corales de Australia, simplemente eres un aburrido (buuu fome). Igual cosa sucede cuando comienzan a recordar sus viajes por Sudamérica: Ushuaia, Calafate, Bahía, Cuzco,Torres del Paine, San Pedro de Atacama y otros tantos nombres desconocidos que te impulsan a correr en busca de un mapa y ubicarte en el espacio.


He tenido la suerte de conocer a lindas personas aquí, recuerdo a una pareja de    suecos (o eran suizos?), ya mayores, que habían recorrido casi todo el mundo, y hoy lo hacían por segunda vez. Era común verlos sentados, en la terraza del hostal, leyendo a Charles Darwin, fumando un cigarro y compartiendo con todos, jamás alardeaban de su vida, sólo hacían referencia a ella cuando era necesario y ¡¡pucha!! que era grato escucharlos. Lo más agradable de todo, era que a pesar de haber viajado tanto, haber disfrutado de un mundo de fortunas materiales, seguían encantçandose de la sencillez de la vida, comer pescado con la mano, tomarse una cerveza bajo las estrellas, sacar fotos a los erizos pascuenses. ¡¡¡YO QUIERO UNA VIDA ASI, SNIFF!!!.


Pero lo más entretenido y a veces traumatizante es que todo estas experiencias las he vivido en inglés, el español se habla muy poco con los extranjeros, por eso uno debe activar su chip bilingüe y “echarle pa delante”. Y así te encuentras una noche comiendo rico, tomando vino argentino (mucha gente ha llegado con sus botellitas bajo el brazo, te miran y dicen: Sorry, I was in Argentina- Disculpa, estuve en Argentina) y analizando el mundo, literalmente el mundo: Política norteamericana, Subvenciones finlandesas, Expediciones al Kilimanjaro... y así se pasa la noche.Quizás nadie entendió nada ( entre un inglés medio chilensis,un inglés británico hablado por un brasileño,un japonés que cree hablar inglés, pero eso ni recordarlo...), sin embargo todos felices y con la convicción de que ésta es la mejor decisión de sus vidas, el haber dejado sus trabajos congelados por seis meses, en otros casos haber renunciado a él siguiendo un viaje soñado, enfrentar las críticas sociales por la “irresponsabilidad” de un around the world, nada de esto tiene comparación con la experiencia de conocer el mundo y a su gente. 



 

Como dijo un gringo la noche antes de viajar a otro remoto lugar: “Lo que realmente me hace feliz en cada viaje, es sentarme a conversar con mis nuevos amigos, eso es lo mejor de la vida”.